Estando en el páramo, recordé tus sueños.
Observaba la hermosura de aquel paisaje
alto y sublime.
La montaña cubierta de nieve
parecía novia vestida de blanco.
Toda llena de frailejones húmedos
alrededor de la laguna negra,
se perdían en el horizonte recorriendo la meseta.
La temperatura alcanzaba los seis grados, se me helaban las manos.
Mientras caminaba sentía el corazón más agitado.
Llegué a la cima y al estar allí, lloré por tus sueños.
Porque no estabas allí pero yo lo estaba cumpliendo.
Sin fecha
E.Y.M.C
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